¿Qué es?
Escherichia coli es una bacteria habitual en el intestino del ser humano y de otros animales de sangre caliente. Aunque la mayoría de las cepas son inofensivas, algunas pueden causar una grave enfermedad de transmisión alimentaria.
¿Como se transmite?
La mayoría de las veces, la E. coli se transmite cuando alguien consume un alimento que contiene la bacteria. Entre los alimentos de riesgo se incluyen: la carne de res picada mal cocida (como la de las hamburguesas que quedan rosa en el interior) las verduras fertilizadas con estiércol de vaca, oveja, cabra o ciervo. También el contacto con personas infectadas por E. coli.
Síntomas
Los síntomas de la infección por E. coli Enterohemorrágica incluyen fuerte dolor abdominal, diarrea intensa y a menudo con sangre y a veces náuseas, vómitos y fiebre leve. Esta sintomatología suele aparecer tres o cuatro días después del contagio, aunque también pueden hacerlo entre 1 y 10 días después.
¿Cómo prevenirla?
Cuidar la limpieza de los alimentos y nuestra propia higiene es clave para evitar su contagio, especialmente en el caso de niños y personas de la tercera edad, más propensos a sufrir síntomas intensos que conduzcan a debilidad y deshidratación.
Lavar bien tus manos con agua y jabón durante 30 segundos antes de cocinar o manipular alimentos. Nunca cocines con las manos sucias.
No romper la cadena de congelación de los alimentos.
No uses el mismo cuchillo para cortar comida cruda como puede ser la carne, que para cortar alimentos que se van a consumir sin cocinar como por ejemplo la lechuga.
Antes de consumir frutas y verduras lávalas bien, para ello puedes sumergir los productos en unas gotas de lejía disueltas en agua.
Tratamiento
La mayoría de gente que padece problemas gastrointestinales debido a E-coli se recupera entre 5 y 10 días sin la necesidad de tratamiento, aunque en el caso de niños pequeños y personas de la tercera edad conviene acudir al médico si los síntomas se prolongan por más de 2 o 3 días o si se presentan diarreas muy intensas y riesgo de deshidratación.
Para recuperarse de esta condición lo más importante es el reposo, beber mucho líquido y seguir una dieta blanda que evite la irritación del intestino.
Cuando esta bacteria produce infecciones urinarias es necesario acudir a un médico, pues la ingesta de antibióticos resulta imprescindible en estos casos para controlar la infección y aliviar las molestias.
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