miércoles, 8 de junio de 2016

SAAC:BIMODAL

introducción
La adquisición del lenguaje supone un gran reto para muchos niños que presentan Retraso Mental (Discapacidad Cognitiva o Intelectual) porque se trata seguramente de la función más compleja del cerebro humano; su adquisición depende en gran parte de una capacidad innata que, como tal, puede variar de un niño a otro (a veces puede ser de buena calidad, aun coincidiendo con un Retraso Mental, pero no es la norma), y puede depender también del buen estado de los órganos auditivos y articulatorios, del propio deseo de comunicar con los demás y, finalmente, de la calidad de la estimulación externa.
En los niños con Retraso Mental, y concretamente en los que tienen síndrome de Down, la adquisición del lenguaje, como es lógico, se va a hacer con mayor lentitud (ver Buckley, Bird y Perera 2005). Sin embargo, el "tiempo real" de las vivencias de los niños es el mismo que el de sus compañeros de desarrollo normal; es decir: el número de veces que tendrán el deseo de comunicar, lo que implica tanto el entender a los demás como el expresar sus propias necesidades, será idéntico.
El hecho de que no puedan disponer de un código eficaz hasta los 4, 5 o más años no cambia nada la realidad de "vivir" estas situaciones. Uno puede entonces imaginar fácilmente la frecuencia de las frustraciones, tanto para el niño como para su familia, generadas por ese desfase entre el desarrollo físico, el desarrollo mental y el ritmo de adquisición del principal código de comunicación entre seres humanos.
Como acabo de señalar, la velocidad y calidad de adquisición del lenguaje están fuertemente condicionadas por aspectos sobre los cuales tenemos un escaso control (capacidad innata, aspectos anatómicos...), de modo que lo que depende de nosotros (la estimulación externa) es sólo un elemento final.
El problema se plantea entonces de la siguiente forma: ¿Qué podemos hacer hasta que dispongamos de un lenguaje eficaz, para mejorar nuestras relaciones con nuestros hijos/alumnos y evitar que una situación duradera de incomunicación tenga excesivas consecuencias sobre su desarrollo cognitivo, afectivo y social?


¿Qué herramientas utilizamos para comunicarnos con nuestro entorno? ¿Qué nos permite esa comunicación? La principal herramienta que usamos para comunicarnos es el lenguaje. Con él podemos hablar de nuestros pensamientos, sentimientos, sensaciones. También nos ayuda a regular nuestra conducta (mediante autoinstrucciones por ejemplo). Gracias a él podemos acceder a la información sobre los otros y el mundo y nos permite conocernos más a nosotros mismos y a los demás. Por lo tanto, nos ayuda a dar cierto orden a nuestra representación del mundo, disminuyendo de esta forma nuestra ansiedad. 

¿Qué pasaría si no pudiéramos comunicarnos? No tendríamos acceso a toda esa información que nos proporcionan los demás ya sea de dichas personas, del mundo o, incluso, de uno mismo ya que los otros son una fuente importante de información y feedback sobre mi persona. Por no hablar de los momentos de disfrute con los demás que nos perderíamos.
Por tanto, la comunicación es muy importante para el desarrollo y el lenguaje es una herramienta que la permite. Pero no es la única. Un bebé no sabe hablar pero sí se comunica mediante sonidos (llanto), gestos…Y es precisamente esa comunicación inicial la que permite la interacción con el adulto y la posterior adquisición del lenguaje. 
Entonces, ¿vamos a privar a una persona de poderse comunicar si no tiene lenguaje o hasta que lo consiga sabiendo lo importante que es para su desarrollo? Para mí la respuesta está clara, no podemos privarles de ese derecho.

 Sagrario 

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