miércoles, 18 de octubre de 2017

Asistente personal

La baja cuantía de las ayudas dificulta hacer contrato al asistente del dependiente

28 enero 2016            Noticia Norte de Castilla
El asistente personal es un profesional que va mucho más allá de la ayuda doméstica o de los cuidados personales, también promociona la vida académica o laboral del dependiente. Por ello, impulsar esta figura es potenciar la vida independiente. Es además un tipo de apoyo legal que defienden especialmente las asociaciones del sector, que promueve su confederación, el Cermi.
Sin embargo, esos criterios y voluntades chocan con la realidad. En siete comunidades no hay ni un solo beneficiario de esta prestación; en otras tantas supone menos de trece contratos y solo hay cuatro que superen el medio centenar de asistentes elegidos como ayuda al dependiente; entre ellas –es la segunda con más– Castilla y León con 195; pero solo supone el 0,02% de las opciones preferidas por las personas mayores o con discapacidad para su día a día. Son 72.920 los castellanos y leoneses beneficiarios de la Ley de Dependencia y esta prestación está absolutamente infrautilizada.
Además de por desconocimiento del propio solicitante respecto a esta posibilidad, su baja demanda está especialmente justificada porque «no sale a cuenta», como explica expresivamente un trabajador social. Algunas familias prefieren elegir el dinero para cuidados en el entorno familiar, aunque sea menos, y pagar en ‘negro’ a la persona que cumple tales funciones. Y los propios asistentes, en ocasiones, se inclinan porque no los contraten legalmente «porque tendrían que cotizar como autónomos, Seguridad Social, declarar... y lo comido por lo servido, no merece la pena», aseguran. Por todo ello, esta situación ha generado una clara economía sumergida porque el contrato legal requeriría cuantías más convincentes para un entorno tan doméstico.
Y, efectivamente, un estudio de la plataforma de discapacidades físicas, Predif, desarrolla tales argumentos con un estudio sobre financiación y rentabilidad socioeconómica. ‘No sale a cuenta’ y sin embargo, bien implantada, esta figura podría resultar más que rentable.
La fuente de financiación proviene fundamentalmente de la llamada Ley de Dependencia. Las cantidades fijadas para pagar la ayuda de un asistente personal son, como importes máximos brutos, es decir, sin la aplicación de los costes de la Seguridad Social, de 715,07 euros al mes para las personas valoradas como de Grado III, el más severo, y de 426,12 para los del Grado II. «Son unas cuantías insuficientes, no solamente para llevar una vida independiente sino, incluso, para cubrir las necesidades vitales imprescindibles», recoge.
Repasa así este trabajo que el número de pagos mensuales destinados a esta prestación por ley es de doce mensualidades por año; pero, sin embargo, «deberían ser de trece pagas y también tener en cuenta los costes asociados a los derechos laborales como un salario digno, cotizaciones o impuestos y contingencias propias de cualquier relación laboral tales como bajas e indemnizaciones por despido. La ley –añade el estudio de Predif– exige que se contrate; pero, por otro lado, no da las cuantías necesarias para satisfacer los derechos laborales del trabajador». Además, al considerar otros aspectos «como la incompatibilidad del derecho de la persona con diversidad funcional a recibir cobertura los 365 días del año, si lo necesita, y el derecho del trabajador a tomarse vacaciones, se hacen latente las dificultades existentes».
Los informes de experiencias de Barcelona y Madrid, que recoge también este trabajo, revelan que este recurso no solo cambia la vida de sus beneficiarios sino que es «una gran inversión económica», las evaluaciones realizadas concluyen que, por «cada euro invertido en asistencia personal, se da un retorno social de entre 2,71 y 3,20 euros». Las razones son varias; pero fundamental es que esta prestación es más barata que cualquier servicio institucional, centros o residencias y además ‘libera’ a los cuidadores familiares, casi siempre mujeres. Y es fuente de empleo.
El estudio hace también su propuesta para conseguir un aumento de la financiación de los recursos económicos para desplegar esta figura y así sugiere que «podría tener su procedencia en diferentes impuestos. Sobre todo de aquellos que generan secuelas o crean dependencia como el alcohol, el tabaco, la contaminación o el tráfico u otros ligados al excedente de riqueza como el de sucesiones, transmisiones patrimoniales, herencias intestadas, juegos y apuestas; o una parte del 0,7% del IRPF para fines sociales o desgravaciones fiscales por donaciones a una futura Agencia para la Autonomía Personal, entre otras.
Enlace: http://www.elnortedecastilla.es/castillayleon/201601/28/baja-cuantia-ayudas-dificulta-20160124123207.htmlç

Asistentes personales al margen de la ley

...  Los intentos de profesionalizar la figura del asistente personal llevan tiempo estancados. ASAP protesta por haber sido excluido del grupo de trabajo creado hace un año para estudiar la cualificación profesional, y rechaza la opción de que el asistente tenga que darse de alta como autónomo. FEVI denuncia que el cambio de Gobierno ha dejado paralizado el borrador del Comité Técnico de Cualificaciones (INCUAL), donde comenzaban a esbozarse nuevas vías que tampoco iban bien encaminadas. Ambos esperan que el ruido provocado por el caso del número tres de Podemos opere como excusa y facilite mejoras para los profesionales y asistidos, impulsando la transición. Aunque sea al gris claro. "No debería ser tan difícil ni vivir con esto, ni vivir de esto", convienen.......

Enlace: https://politica.elpais.com/politica/2016/08/03/actualidad/1470235544_097671.html

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